
(Photo by Andrej ISAKOVIC / AFP)
Dragisa Kosnic juega fútbol desde adolescente y parece que no planea retirarse. Casi cumple 67 años y todavía comparte la cancha con niños que le llaman abuelo. Es de Serbia y todos los domingos se pone su uniforme con mayor ímpetu.
Todos le llaman Kole y vive en su casa materna donde nació en 1954, en su pueblo Medja.
Posiblemente Kole sea uno de los jugadores de fútbol más viejos de Europa. Juega con el Proleter de Medja, en la sexta división, con compañeros que tienen hasta 50 años menos que él.
Todos los fines de semana, ‘Kole’, que obtuvo su primera licencia federativa en 1968, mete sus botas y sus desgastadas rodilleras en la parte trasera de su viejo Yugo 45 y circula hasta el terreno de juego municipal.

«Que yo sepa, no hay jugadores licenciados de mi edad y si los hubiese me gustaría encontrármelos para jugar un partido con ellos», explica a la AFP.
Cada año, para renovar su licencia federativa, el veterano futbolista debe someterse a exámenes médicos muy exigentes.
El futbolista reconoce que a veces le cuesta por la edad, pero que juega «en un nivel de fútbol en el que no se necesita demasiada resistencia».
